¿Te imaginas la cáscara de un huevo? Cuanto más dura es, más complicado es romperla y penetrarla. Y claro, más difícil es llegar a la yema y hacer que nada le afecte. ¿Verdad? Pues esto mismo nos pasa a nosotros. Cuanto más fuerte sea nuestro “escudo energético”, mayor será nuestra protección de todo lo que nos rodea. Por mucho que la energía de nuestro alrededor esté contaminada, si nuestra “cáscara energética” está fuerte, nada la romperá. ¿Qué consecuencias tiene esto? Evitaré que esa energía “contaminada” penetre mi “cáscara”, con lo que difícilmente enfermaré a nivel emocional o físico.

¿Por qué crees que unos enferman y otros no? Lo vemos todos los días. Aunque todos los de una familia coman la misma comida, no les sienta mal a todos. O si se constipa uno, no todos se constipan. ¿Qué hace que a unos sí le afecte esa comida o que se constipe y a otros no? Sencillo, su vibración. Si su vibración es baja, su “cáscara energética” estará débil y los gérmenes de la comida o los virus atravesarán su “cáscara” enfermará. Por el contrario, si su vibración es alta, la “cáscara” será tan fuerte, que nada la podrá penetrar y, por muchos virus que haya a su alrededor, nada le afectará emocionalmente y/o físicamente.

Hasta aquí todo está claro. Cuanto más dura sea mi cáscara, más difícil será que uno enferme. Pero, esto genera la siguiente pregunta. ¿Qué hace que mi cáscara sea dura o blanda? Mi nivel de vibración. ¿Y qué hace que mi vibración sea alta o baja? Mis pensamientos y las emociones que éstos generan. Si lo que pienso es positivo, es acorde a mis principios, me alegra la mente… mi vibración será más alta que si mis pensamientos son negativos, de miedo, ira, odio, enfado…

En este artículo estuvimos viendo cómo hay un montón de elementos que pueden hacer que nuestra vibración suba http://www.comprendiendolarealidad.com/eleva-tu-vibracion/. Una de todas ellas es la música. Hay canciones y obras musicales que elevan nuestra vibración y hacen que nuestro cuerpo se alegre con sólo escucharla. En cuanto percibimos los primeros acordes de nuestra canción preferida, nuestras orejas hacen de radares y persiguen nota por nota. Hasta puede ser que nos pongamos a mover la cadera.

Sí, tenemos esta canción, la otra o la de más allá. Pero no solemos tener preparada una lista de canciones para escuchar cada vez que queramos mover el cuerpo y encontrarnos mejor. Por eso te invito a que crees tu propia lista de reproducción en para así poder elevar tu vibración cuando lo necesites.

-Sara Estébanez-

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