– No sé qué me pasa. Cada vez que quedo con mi grupo de amigos me encuentro fatal. Cada vez más desconectado de ellos. Es como si ellos fuesen por un lado y yo por otro. Y después estoy como cansado. Cansado de la vida. Cansado de lo que hago. Me siento desmotivado. No tengo ganas de hacer nada. ¡¡Bfff!! Me encuentro fatal.
– ¿Qué es lo que haces con ellos?
– Lo de siempre. Lo que hace todo el mundo. Nos vamos de cena por ahí o en casa de alguno. A veces nos tomamos unas copas juntos. Vamos a las fiestas del pueblo. Nada más.
– ¿Cómo te sientes cuando estáis juntos?
– Como desplazado. Como si no perteneciese a él y estuviese fuera del grupo.
– ¿Qué hace que estés con ellos? ¿Qué sientes que te aportan?
– ¡Hombre! No estoy solo en el pueblo. Me siento acompañado. Por lo menos hablo con alguien.
– ¿Y de qué hablas con ellos?
– De nada importante. Sólo de banalidades de la caza, de cómo el ayuntamiento no hace nada por el pueblo y lo está estropeando todo. De tonterías que publican en las fotos que nos mandan al grupo de mujeres.
– ¿Son temas que te resultan interesantes?
– Pues no. Me parecen cosas banales. Siempre están criticando a todo y a todos y eso no va con mi filosofía de vida. Para mí el respeto es una cosa muy importante y ellos se lo pasan por el forro. ¡Me pone de los nervios!
– Normal que te encuentres mal con ellos. Por lo que dices, el respeto es uno de tus principales valores y como para ellos es algo irrelevante sientes que no vibras con lo que están diciendo. Cuando hablan mal de alguien, tú lo has dicho, te ponen de los nervios. Por eso tu vibración baja. Porque estás haciendo algo que no es de tu agrado. Porque tus valores y los suyos son muy diferentes. ¡Normal que te sientas así!
– ¿Y entonces qué hago?
– ¿Qué te aportan a parte de compañía?
– Mmmm! Poco más.
– ¿Me estás diciendo que dejas de lado tus valores y haces cosas que no te agradan por el simple hecho de estar con alguien?
– Sí.
– Pues fíjate cómo te sientes después de estar con ellos. ¿Te gusta sentirte así? ¿Es tan importante sentirte acompañado? Me estás diciendo que no. ¿Qué pasaría si no estuvieses con ellos? ¿Cómo te sentirías? ¿Qué harías?
– Bffff! Leería libros. Tendría tiempo para estudiar. Aprendería cosas. Compartiría más tiempo a solas con mi pareja.
– ¡Qué interesante! Fíjate, que sólo contándome todas estas cosas que harías se te ha cambiado la cara. Una sonrisa se ha dibujado en tu cara. ¿Cómo te sientes?
– Pues alegre. Con más ganas de todo.
– Tú me lo estás diciendo. Hacer aquello que te gusta hace que tu vibración se eleve y que te sientas bien. Eso es básico. ¿No te parece? Disfruta de la vida y sé feliz.
-Sara Estébanez-
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