La ciencia lleva mucho tiempo investigando el cerebro humano. Uno de sus primeros descubrimientos es que nuestra mente está en permanente movimiento. De hecho, afirman que estamos continuamente pensando. ¿Sabes cuántos pensamientos tenemos al día? Entre 50.000 y 60.000. Esto, significa que una persona que duerme 8 horas diarias tiene 62 al minuto. ¡¡Increíble!! ¿Verdad?
Pero aún hay más. ¿Sabes cuántos de esos pensamientos son negativos? El 80%. ¿Te lo puedes creer? Parece imposible. ¿Verdad? Probémoslo. Te propongo un juego. Siéntate tranquilamente. Coge un reloj y cronometra un minuto. Durante este tiempo cuenta cuántos pensamientos negativos tienes y cuántos positivos. Los científicos afirman que el 80% de nuestros pensamientos son negativos. ¿Qué porcentaje te ha salido a ti? ¿Se acerca a las medidas de los científicos? Seguro que ronda esa cifra del 80%.
Y ya, para colmo, también descubrieron que el 95% de estos pensamientos negativos son iguales que los que tuvimos ayer. Analízalo. Observa los pensamientos que tuviste durante ese minuto que cronometraste antes. ¿Cuántos de esos pensamientos eran diferentes a los que tuviste ayer, anteayer…? Pocos. ¿Verdad?
¿Sabes por qué sucede esto? Porque cada pensamiento, da lo mismo que sea positivo o negativo, tiene su propia red neuronal. Y cada vez que éste viene a nuestra mente, la red neuronal que está alrededor de esa idea se activa. Y si la queremos cambiar, hasta que no generemos otras nuevas, dichas redes permanecerán allí y seguirán activándose. Esto ya lo veremos en otro artículo. Pero no quiero dejaros con la miel en la boca. Avancemos un poco en el tema.
¿Os acordáis lo que os comentaba sobre la palabra “NO” y cómo nuestro cerebro la omite? Está en este artículo.
http://www.comprendiendolarealidad.com/no/
En él comentábamos que el cerebro no procesa la palabra “NO”. Es decir, si ponemos la palabra “NO” delante de cualquier oración, en realidad estamos atrayendo ese pensamiento a nuestra realidad. Si te digo que no pienses en un helado de tu sabor favorito, harás caso omiso y lo primero que harás es pensar en él e imaginártelo. Por eso os proponíamos que cada vez que os viniese un pensamiento negativo lo sustituyeseis por otro positivo.
Pero entre medias os voy a proponer otro ejercicio. Antes decíamos:
SUSTITUIR UN PENSAMIENTO NEGATIVO
POR SU OPUESTO EN POSITIVO
Ahora le vamos a dar una vuelta de tuerca más. Te propongo que cuando tengas un pensamiento negativo, antes de sustituirlo por el positivo, canceles dicho pensamiento. ¿Cómo? Repitiéndote mentalmente una palabra para anular dicho pensamiento. Puede ser aquella con la que más cómodo te encuentres: cancelar, anular, invalidar, revocar… Elige la que más te guste. Esa será tu palabra clave para anular tus pensamientos negativos. Lo ideal es que siempre elijas la misma. ¿Por qué? Para generar una nueva red neuronal en la que tu cerebro asocie esa palabra a eliminar ese pensamiento negativo que has tenido. Da igual cuál sea.
Cuando ya tengas elegida la palabra clave para anular dicho pensamiento, deberás repetirte tres veces tu palabra clave e instantáneamente repetirte tres veces la frase positiva que antes comentábamos. Es decir, la fórmula quedaría así:
PENSAMIENTO NEGATIVO
ANULARLO
SUSTITUIRLO POR UN PENSAMIENTO POSITIVO
Esperamos que disfrutéis con este ejercicio.
Adelante.
-Sara Estébanez-