Muchas veces nos encontramos temerosos y sin saber por qué. Tenemos miedo. Lo sentimos en todo nuestro cuerpo. Pero afuera no hay nada que demuestre o que pueda ocasionar ningún tipo de temor.
¿Por qué ese miedo? ¿Por qué ese terror?
Si te han criado desde el miedo, creces con miedo. Díselo a los niños que creen que los fantasmas se comen a los niños que no se duermen o que las brujas les persiguen para comérselos. Vivirán en un perpetuo temor a algo que muchas veces ni ven, los fantasmas o las brujas.
También puede darse el caso de que toda la información que hay a tu alrededor es negativa: catástrofes, suicidios, muertes, asesinatos, malos tratos… ¿Qué pasa? Que tu cerebro se va poniendo en alerta pensando en todo eso negativo que está viendo permanentemente y cree que le va a suceder a él mismo o a alguien de su alrededor.
¿Qué hacen este tipo de personas? Viven en un continuo temor mirando a todos pensando que algo horrible les puede suceder. No saben el qué, pero algo terrible va a acontecer y tienen que estar prevenidos. Lo que estén mirando a todos lados como prevención por si algo peligroso pudiera suceder o alguien les persiguiera.
Cuando les haces algún comentario te contestan con cosas como “¿Y si …?”. Es su frase preferida. ASPEN es la flor de Bach indicada para las personas que están viviendo en ese permanente temor que está ahí. No saben a qué tienen miedo. Pero el miedo está ahí.
Te sientes así.
-Sara Estébanez-
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