A lo largo del día, los seres humanos solemos hacer miles y miles de cosas: desayunar, arreglarnos para el trabajo, los niños, el colegio, el trabajo con sus dimes y diretes con las responsabilidades que éste conlleva, nuestro jefe, los compañeros…, la comida, la merienda de los niños y la vuelta del cole, los deberes, la cena… Y así un sinfín de responsabilidades. El problema es que, muchas veces, toda esa vorágine nos persigue y cuando nos vamos a la cama somos incapaces de relajarnos y despejar la mente para disponernos a dormir y descansar plácidamente. ¿Te ha pasado esto alguna vez? A mí, la verdad es que más de una. Ahí está la cabeza cual disco rayado dando por saco y sin dejarnos descansar.
Y claro, como nuestra cabeza no para, nuestro cuerpo no se relaja del todo, tardamos en dormirnos, no descansamos ni bien, ni lo suficiente. Si la mente está hiperactiva, aunque físicamente estemos quietos, nuestro cuerpo, sus átomos, su musculatura, nuestras venas, están igual, están funcionando a toda velocidad. ¿Consecuencias de todo esto? Que al día siguiente nos levantamos si energía, incluso cansados, estamos que no podemos con nuestro cuerpo. Tanto que, a veces, nos lleva a estar de mal humor. Piensa en una pila. No nos hemos recargado energéticamente y la poca energía que tenemos es de baja calidad. Nuestra vibración es baja, baja.
Pero insisto, esto nos ha pasado a muchos de nosotros más de una vez. Cuando tenemos un problema, cuando tenemos algo muy importante que hacer mañana o la semana que viene, estamos planificando algo que nos hace mucha ilusión… No tienen por qué ser algo negativo. En el polo opuesto sucede lo mismo. La “excitación mental” se puede dar estando en los dos polos, el positivo de la ilusión y la alegría y el negativo de las preocupaciones y los miedos.
¿Y qué le pasa a nuestra pila? Que no se recarga energéticamente. Que a la mañana siguiente sigue igual de vacía o más, si aún cabe.
Pero no desesperes. Hay técnicas con las que bajar ese sin cesar de pensamientos.
Aquí tienes una.
Esperamos que disfrutes con ella.
-Sara Estébanez-