Hay un cuento de Jorge Bucay que relata de forma muy clara y sencilla cómo nuestras propias creencias están limitando nuestra vida. En él relata la historia de un elefante de circo que está atado a una estaca y no se escapa porque cree que no puede romperla y salir corriendo. De pequeño intentó tantas veces zafarse de sus ataduras sin conseguirlo, que desistió y decidió no volver a intentarlo más. Esa creencia le hace vivir preso e infeliz en un entorno que no es el suyo.

A los seres humanos nos pasa lo mismo. ¿Recuerdas lo que comentábamos en el cuento de los mineros titulado “Los mineros”? El minero que tenía el reloj fue el único que no sobrevivió pues creía que no iban a tener suficiente oxígeno para sobrevivir. Pues, en nuestra vida real pasa exactamente lo mismo. De pequeños dimos por cierto cosas que ahora ya no lo son, pero seguimos creyendo en ellas. Pero de lo que no somos conscientes es que nuestra forma de pensar es la que está generando la realidad en la que vivimos.

Vivimos en un Universo mental donde nuestra mente y sus creencias van a condicionar la realidad que vivamos. Como dice Henry Ford,

Tanto si crees que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto.

Y esa es la verdad. En nuestro día a día nos enfrentamos a infinidad de situaciones. En cada una de ellas, nuestro inconsciente entra a valorar lo que estamos viendo. Analiza la situación, tira de los programas internos que tenemos y valora si lo que está viendo es positivo o negativo. Si puede conseguirlo, o no. Si es sano para él, o mejor evitarlo… Y así un sinfín de valoraciones que hacemos de todo lo que vemos.

Todas esas valoraciones parten de las ideas que damos como verdaderas de forma automática en nuestra mente. Eso sí, independientemente de su veracidad o no, éstas determinan la realidad que vivimos. ¿Cómo? Veamos un ejemplo.

Pongamos una persona que quiere tener la casa de sus sueños. Si lo ve como algo  ventajoso, siente que se beneficia y se siente capaz y merecedora de ello, lo más fácil es que la encuentre. Sin embargo, si nuestro protagonista ve el hecho de tener este tipo de casa como algo desventajoso, que pierde su libertad, que puede perjudicar a los de su alrededor, que no es merecedor de ella, que allí no puede ser feliz… ¿qué crees que pasará? Sencillo. Jamás logrará su objetivo.

¿Por qué? Porque, nuestras creencias son las creadoras de nuestra realidad. Si son positivas, nos ayudarán a lograr todo aquello que nos propongamos. Y si son creencias negativas, nos impedirán alcanzar nuestros sueños. A estas últimas las llamamos pensamientos o creencias limitantes.

Ahora viene lo divertido. Piensa en un objetivo que te hayas planteado y que aún no hayas conseguido.

Si tu objetivo estaba relacionado con tener más dinero, aquí van unas cuantas preguntas para ti:

  • ¿Los ricos son egoístas?
  • ¿Se puede ser rico y buena persona a la vez?
  • ¿Se puede ser rico y ser una persona espiritual?
  • ¿Para hacerse rico hay que sacrificar muchas cosas?
  • ¿Si eres rico le estás quitando el pan a otra persona?
  • ¿El dinero es algo limitado y no hay suficiente para todos?
  • ¿El dinero es sucio?
  • Tú nunca podrás ser rico.

Si has contestado afirmativamente a alguna de las cuestiones anteriores, ahí tienes la clave. Esa es la causa por la cual tu nivel económico es el que es y no el que deseas tener.

-Sara Estébanez-

Desde CYB hemos creado un grupo de WhatsApp gratuito para todos nuestros seguidores. En él, un día a la semana ponemos un ejercicio relacionado con los contenidos que vemos en nuestros artículos. De hecho,  hoy hemos hecho un ejercicio relacionado con nuestras creencias viendo cómo éstas determinan que nuestra realidad sea una u otra. Y hemos propuesto un ejercicio para ayudar a cambiar esas creencias que nos limitan.

Y, además, ahora estamos enviando una canción diaria para ayudar a subir la vibración de nuestros participantes.

Si quieres darte de alta en él sólo tienes que pinchar aquí.

Te esperamos.