Me duele todo el cuerpo. Estoy cansado, sin fuerzas. Tengo unos dolores de cabeza enormes. Bueno, todo el cuerpo, los hombros, la espalda. Soy un dolor andante. Pero ahí tengo que estar al pie del cañón. Hago como si no pasase nada y si me ven con alguna molestia ironizo la cosa. No puedo mostrarme débil. Tengo que sacar todas mis fuerzas y no dejar que nadie vea lo mal que me siento.

Estoy hasta las narices de las miles de cosas que me pide mi pareja. Y en el trabajo exactamente lo mismo. “Haz esto, haz lo otro.” Es todo un sin parar. Pero no puedo decir nada. ¿Cómo voy a decir “No” a cualquier cosa que me pidan? Eso es imposible. Pongo buena cara y a ello que me pongo.

¿Y si les digo que “No”? ¿Mi pareja seguirá queriéndome o me dejará? Si no cedo a sus peticiones seguro que me deja. Tengo que hacer lo que me pida sí o sí.

¿Y en el trabajo? Lo mismo de lo mismo. Si no hago lo que me dicen aunque se salga de mis cometidos, me echarán y buscarán a otra persona. Tengo que hacerlo por narices. Pongo buena cara aunque por dentro me esté carcomiendo, pongo mi mejor sonrisa y “sí bwana”.

¿La vida es así? ¿Un permanente servir al otro e ignorar lo que realmente deseo? ¿Dejar mis sueños atrás por agradar a quien está a mi lado?

No lo sé. Dicen que AGRIMONY de flores de Bach me puede ayudar. ¿Será verdad?

 

-Sara Estébanez-

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