Mucha gente me pregunta por el origen de las flores de Bach por eso hoy quiero contarte su historia.
Edward Bach, su descubridor, ya de bebé tuvo una salud muy delicada. Esto le llevó a estudiar medicina y trabajó como médico en el médico del University College Hospital de Inglaterra. Allí atendió todo tipo de pacientes con infinidad de enfermedades y pudo comprobar cómo el estado emocional era un factor básico en cada uno de ellos. Además, vio cómo muchos de ellos no podían permitirse comprar las medicaciones que debían tomar. Por ello decidió que era necesario encontrar algún remedio de bajos costes económicos para poder hacer accesible el trato de las enfermedades a sus pacientes y, sobre todo, ir al origen de sus patologías.
Esto hizo que entrase a trabajar como Bacteriólogo Asistente del University College Hospital y empezase a preparar vacunas para bacterias intestinales que originaban enfermedades crónicas en los pacientes. A su vez, poco a poco comenzó a estudiar para no tener que inyectar nada a sus pacientes sustituyendo el tratamiento por vacunas tomadas por vía oral.
Fue viendo cómo los seres humanos tenemos diferentes tipos de comportamientos, por lo que debía encontrar la forma de tratar cada uno de ellos. En su investigación comenzó con dos flores IMPATIENS y MIMULUS. Las empezó a prescribir a los pacientes que consideraba que tenían el tipo de personalidad perteneciente a estas dos y vio que los resultados eran inmediatos, lo que le animó y le llevó a continuar con su investigación. Y así, poco a poco llegó a encontrar las 38 flores que hoy conocemos como Flores de Bach tratando un estado emocional específico con cada una de ellas.
La cuestión es que dichos estados emocionales condicionan nuestros comportamientos. Principio de Causa y efecto en toda su plenitud. El modo en el que yo me encuentre (causa), determinará mi forma de actuar (efecto). La cuestión es si mis emociones me ayudan a sentirme bien o me impiden estar en paz conmigo misma. O si me limitan en mi relación o en la consecución de mis metas.
Si soy impaciente y siempre tengo prisa, la verdad, no me sentiré muy a gusto. Por lo que la toma de una flor que me ayude a eliminar esa impaciencia me ayudará a encontrarme mejor conmigo misma y con los demás. En este caso, IMPATIENS sería la flor más recomendada.
O si tengo algún miedo que me paralice y me bloquee en algún aspecto de mi vida, el tomar MIMULUS me ayudará a sanar ese miedo y realizar aquello a lo que no me atrevía con anterioridad.
Nuestros desarreglos emocionales estarán haciendo que nos comportemos de un modo u otro. Y esto es lo que hemos empezado a ver en los artículos del capítulo de las Flores de Bach. Hemos visto cómo ciertos estados emocionales pueden ser desbloqueados y arreglados gracias a cierta flor de Bach. Y esto es lo que haremos con cada una de las flores. Veremos qué emociones pueden equilibrar.
-Sara Estébanez-
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