¿Has comido un huevo frito? Estoy seguro que más de una vez. En el centro se encuentra la yema. A su alrededor la clara. Pero claro, antes estaba la cáscara, que protegía todo. ¿Verdad?
Bueno, ahora hagamos un símil entre el huevo y tú. Imagina que tú eres la yema. Esa cosa amarilla jugosa que todo el mundo desea mojar con el pan y comerse. A tu alrededor está la clara. Que no es nada más que tu aura, tu cuerpo energético. Que, aunque no lo ves, está ahí. Es como el huevo recién cascado. La yema se ve fácilmente, pero la clara no tanto. Percibimos una cosa gelatinosa incolora que está ahí, junto a la yema, pero es como si no estuviese. Y recubriendo el huevo, antes de freírlo en la sartén estaba la cáscara, el campo áurico.
En definitiva, la yema te representa a ti, la clara a tu cuerpo energético o aura y la cáscara a tu campo áurico. Pero en tres dimensiones, no dos.
¿Qué es lo que pasa con la cáscara? Cuanto más dura es, más difícil nos resulta romperla. Esto, extrapolado a ti, significaría que cuanta más energía tengamos, cuanto más fuerte nos sintamos, mejor nos estamos protegido y más difícil le resulta a quien sea, el hacernos daño. ¿Lo has comprobado alguna vez? ¿Has sentido en algún momento que el mismo acontecimiento te ha afectado de diferentes maneras? ¿En una la situación ha podido contigo y en otra has sido como un muro que nada, ni nadie podía traspasar?
¿Por qué sucede esto? Por nuestro estado anímico. Cuando emocionalmente nos encontramos bien difícilmente nos afectará lo que hagan o digan los demás y nos sintamos con muchas fuerzas. Algo totalmente opuesto a cuando nos sentimos desanimados y alicaídos.
La cuestión es cuando vamos a tener una reunión importante, una cita para un trabajo, por ejemplo, o vamos a estar con alguien con quien nos encontramos a disgusto. Ahí, lo más seguro es que nuestra energía tenga poca fuerza y “la yema del huevo se pueda pinchar”; es decir, que la situación pueda con nosotros y acabemos hechos polvo física y/o emocionalmente.
En estos casos, la gente me pregunta qué hacer y yo siempre les cuento este cuento del huevo de la yema y la clara. Les invito a que se imaginen el huevo con su yema en el centro y la clara alrededor de ellos y una enorme cáscara rodeándolos. Donde la cáscara es tan fuerte y tan dura, que nada, ni nadie la puede romper, con lo que ellos están totalmente protegidos/as.
Este es un sistema de protección que ayuda a mucha gente. Pero ya, si estás iniciado/a en reiki, y añades a esa visualización los símbolos de reiki que le corresponden, más energía y más fuerza tendrás. Lo que te ayudará a afrontar esa situación difícil (tu reunión o tu encuentro con alguien que te desagrada), con mayor seguridad y fortaleza.
-Sara Estébanez-
-Sara Estébanez-
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