Sabemos que las personas atraemos a aquellas que vibran en la misma frecuencia que nosotros. Es decir si estamos en frecuencia baja aparecerán aquellos que estén ahí, en la misma frecuencia que nosotros.
Pero ¿te has planteado cómo funciona la estructura del pensamiento negativo? Quizás no te hayas parado a pensarlo, algunos tal vez crean que no son responsables de sus pensamientos y que estos están ahí en la cabeza dando vueltas sin que puedan hacer nada. En realidad esto no es así, las personas somos responsables de aquello que pensamos (cuando nos hemos dado cuenta de ello) y tomar medidas para solventarlo.
El volumen de pensamiento es alto y mucha parte de él es a nivel inconsciente, ese almacén que alberga información heredada de nuestros ancestros y aquella que hemos ido adquiriendo a lo largo de las experiencias de vida. El objetivo es aprender a detectar aquellos pensamientos por los que empezamos a darle vueltas a la cabeza.
Imagina que tus pensamientos negativos funcionan como un virus. Las enfermedades víricas tienen un virus que es el centinela, ese el origen de todo, ahí comienzan nuestros problemas de salud. Pues los pensamientos negativos funcionan más o menos igual, hay uno que es el que encabeza todo. Aquel por el cual empezamos a pensar en negativo.
Ese pensamiento inicial o centinela es el que tenemos que atajar para que la situación no vaya a más y aparezcan más y más ideas negativas (del tipo de que sean) De esta forma vamos tomando el control de la mente y aprendiendo que en función de lo que piense/crea así será mi vida en el exterior.
-Ruth Fernández-