¿PENSAMOS, SENTIMOS Y HACEMOS TODO EN UNO?

¿Te acuerdas de lo que comentábamos en el artículo 2 de tus valores cómo éstos condicionan tu meta y las acciones que llevas a cabo para alcanzarla? Pues esto no sólo te pasa a ti. Al resto de la humanidad nos pasa exactamente lo mismo.

Nuestros valores, nuestras creencias, aquello que damos como verdadero o no… van a condicionar que nuestros comportamientos sean unos u otros. Es lo que comentamos cuando hablamos del principio de Correspondencia, “como es adentro, es afuera”. Lo que uno internamente da como cierto, verdadero, correcto… va a hacer que sus acciones sean unas u otras. Pensamientos, sentimientos y acciones son acordes entre sí.

Fíjate en lo que decía Albert Einstein:

“Si quieres entender a una persona, no escuches sus palabras, observa sus comportamientos”.

Y así es, lo que pensamos es lo que hacemos. El problema surge cuando no hay concordancia entre pensamiento y acción. Ahí hay un conflicto. Es lo que solemos decir de que “sentimos una cosa y hacemos otra”.

Emocionalmente, esa discordancia entre pensamientos y acciones hace que nos sintamos incómodos con nosotros mismos, con los acontecimientos…, en definitiva, con la situación en sí. ¿Y qué pasa entonces? De ahí surgen infinidad de problemas. Empezamos a tener pensamientos repetitivos de lo que teníamos que haber hecho y no hemos hecho. Lo que habitualmente denominamos “comeduras de coco”. Pero no sólo eso. Esos pensamientos repetitivos de lo que hemos hecho y/o lo que hemos dejado de hacer generan en nosotros un malestar emocional. Nos sentimos mal con nosotros mismos. Nos regañamos por lo sucedido. Y muchas veces nuestra mente nos lo repite incesantemente en sentido de reproche. Todo ello, a su vez, también repercute físicamente en nuestro cuerpo. Si no obsérvalo.

¿Cómo te sientes físicamente cuando piensas una cosa y haces otra? ¿Tienes dolor de cabeza? ¿Malestar de estómago? ¿Tensión muscular? Lo más probable es que respondas que “Sí” a algunas de estas preguntas. Es normal. Muchos dolores, molestias y malestares tienen su origen en esa confrontación y desavenencia entre lo que pensamos y lo que hacemos.

Cuando no hay equilibrio entre pensamiento y acción, nuestro cuerpo responde de forma negativa. Y a la inversa sucede lo mismo. Cuando nuestros pensamientos y las acciones que llevamos a cabo son acordes a dichos pensamientos, físicamente nos encontramos bien, cómodos, a gusto con nosotros mismos.

En definitiva, nuestro cuerpo responde sí o sí a nuestros pensamientos, emociones y acciones. Por eso, la próxima vez que sientas cualquier tipo de molestia física, te invito a que rebobines un poco y trates de encontrar dónde hay una discordancia entre lo que piensas, lo que sientes y/o lo que haces. A lo mejor, si reviertes la situación y pones en paralelo lo que dicen tu mente, tu corazón y tus hechos, notas algún cambio a nivel mental, emocional y/o físico.

 

-Sara Estébanez-

Desde CYB hemos creado un grupo de WhatsApp gratuito para todos nuestros seguidores. En él, un día a la semana ponemos un ejercicio relacionado con los contenidos que vemos en nuestros artículos.

Y, además, ahora estamos enviando una canción diaria para ayudar a subir la vibración de nuestros participantes.

Si quieres saber más sobre él pincha aquí.

Si quieres darte de alta en él sólo tienes que pinchar aquí.

Te esperamos

About the author / admin