NUESTROS MIEDOS

– No entiendo a Luis. Me tiene hasta las narices. No lo soporto.

– ¿Por qué? ¿Qué te pasa con él?

– En clase es insoportable. Nadie pude hablar o hacer ningún comentario. En cuanto oye la más mínima palabra insulta al que está hablando, incluso le amenaza. Y encima los profesores no hacen nada. ¡No puedo más!

– ¿Por qué crees que actúa así? ¿Qué crees que es lo que le hace comportarse de ese modo?

– Porque es un prepotente. Porque se cree el rey de la clase. Tiene que ser el que mande y el que domine a todo el grupo.

– Te voy a contar una cosa que pocos saben. Su forma de actuar tiene un origen y no es el que tú dices. No es por prepotencia, ni soberbia. Algún miedo, algún temor es lo que le lleva a ser así. Cuando tenemos miedo nos infravaloramos, nos vemos débiles y sin agallas para nada. Esto hace que nos pongamos agresivos con los demás. ¿Para qué? Para que no vean nuestras debilidades y nos ataquen.

– Pero él no tiene miedo a nada. Siempre está ahí todo erguido pisando al que se le ponga por delante.

– ¿Y si no fuera por ese motivo de prepotencia que estás diciendo, qué causa dirías tú que le está llevando a ser así? ¿Qué miedo crees que está ocultando?

Me había dejado atónito. Estaba bloqueado. ¿Cómo podía ser que Luis actuase así por miedo? Me quedé pensativo tratando de dar respuesta a su pregunta.

– A ver, en clase los profesores lo que hacen es enseñar y los alumnos aprender. ¿Y qué pasa si no aprenden los contenidos? Que suspenden el examen y la asignatura. ¿Verdad?

– Sí.

– ¿Y te has puesto en la piel de Luis? ¿Ha suspendido alguna vez una asignatura? – Asentí con la cabeza. – ¿Y qué le pasó?

– Bfff… Es verdad. El día que nos dieron las notas tuvo una con sus padres de la leche. No paraban de gritarle delante de todos. Incluso, le pegaron ahí mismo. Y al día siguiente vino todo dolorido y con moratones. Le tuvieron que dar una buena. – De repente una bombilla me iluminó. – Si no aprobaba seguro que le pasará lo mismo.

– Tiene tanto miedo a suspender, que cualquier mosca que le distraiga le molesta y trata de quitársela de encima. Es ese miedo el que le torna agresivo. Todos tenemos algo que nos da miedo. Y es ese miedo el que nos hace sacar ese ogro que hay en nuestro interior, para evitar que se dé esa situación atemorizante y que nos bloquea.

– ¿Entonces me estás diciendo que detrás de toda agresividad hay un miedo encubierto?

– Así es. Ese miedo al ataque, a no ser lo que quiere ser, a mostrar sus debilidades a los demás es lo que hace que la gente saque toda la furia del mundo. Es un medio de autoprotección.

– Pero yo no puedo hacer nada. El otro se pone a gritar, a pegar a los demás y ya está. ¿Yo qué puedo hacer?

– Primero tratar de ver qué miedo es el que está tapando porque eso te va a dar la clave de todo. El opuesto del miedo no es el valor, es la compasión y el amor. Si eres capaz de entender lo que está viviendo el otro, el por qué actúa así y ponerte en su piel, podrás ayudarle. Y no sólo ayudarle a él, también ayudarte a ti. El ver la agresividad en el otro y verla como algo negativo te hace sacar sentimientos y actitudes poco agradables para ti, enojo, ira, rencor, miedo… Y cada uno de ellos con sus correspondientes formas de actuar.

– ¡Gracias! Ahora lo entiendo. Gracias por tu enseñanza.

– Gracias a ti por querer ver la realidad de otro modo.

 

-Sara Estébanez-

 

Desde CYB hemos creado un grupo de WhatsApp gratuito para todos nuestros seguidores. En él, un día a la semana ponemos un ejercicio relacionado con los contenidos que vemos en nuestros artículos.

 

Y, además, ahora estamos enviando una canción diaria para ayudar a subir la vibración de nuestros participantes.

 

Si quieres saber más sobre él pincha aquí.

 

Si quieres darte de alta en él sólo tienes que pinchar aquí.

 

Te esperamos.

 

About the author / admin