Un día, en un restaurante vi a tres amigos en una mesa y la situación fue muy curiosa. Los tres pidieron el mismo plato, judías pintas con arroz. El guiso estaba bueno, pero estaba un poco salado. Y los comportamientos de cada uno fueron totalmente diferentes.
Para empezar, TI, en cuanto tomó el primer sorbo su cara se tornó en un estado de ira indescriptible. La cara se le arrugó. Los ojos le brillaban. Y empezó a profesar todo tipo de improperios.
– ¡Menuda mierda de comida! ¿Cómo se puede comer nadie esto? Tiene más sal que el mar Mediterráneo. – Era tan grande su enfado y tan elevada su voz, que todos los comensales del restaurante le oímos.
Al lado suyo estaba VIC. Su reacción fue totalmente diferente. Agachó la mirada y sus ojos se tornaron en una profunda tristeza.
– Toda la culpa es mía. Si yo no les hubiera propuesto venir aquí, esto no habría pasado. – Dijo en voz baja para sus adentros.
Y por último, estaba PRO. Su mirada fue amorosa. Se percató de que el plato de judías estaba salado. Y al ver la respuesta de sus compañeros de mesa, TI y VIC, les hizo el siguiente comentario:
– Todos somos humanos. Hacer comida para tantas personas no siempre es fácil y dar con las cantidades exactas de cada ingrediente menos aún.
– ¡Es su obligación! ¡Para eso trabaja en la cocina preparando todo tipo de comidas y no en otra cosa! – Profesó TI.
A lo que VIC respondió sin mirarles a la cara:
– Lo siento es culpa mía. No debía haberos traído aquí a comer. – Su sentimiento de culpa afloraba por cada uno de sus poros.
– ¡Pues sí, a menuda mierda de mierda de restaurante nos has traído! – Respondió airadamente TI. – La próxima vez te callas. Ya diré yo dónde tenemos que ir a comer.
La comida siguió con TI cada vez más enojado, con VIC cada vez más cabizbajo y con los ojos llorosos y con PRO tratando de exculpar a quien había guisado el plato de judías y a VIC por haber sido el promotor de haber propuesto comer allí.
Esto que protagonizaron, TI, VIC y PRO, lo vemos todos los días. Piénsalo. Obsérvalo. ¿Cuántas veces vemos a un TI (TIRANO), VIC (VÍCTIMA) y un PRO (PROTAGONISTA) en nuestro día a día? Un TIRANO que no para de criticar al otro y echarle la culpa de las situaciones poco agradables o de fracaso. Una VÍCTIMA que se infravalora y que se echa la culpa a sí mismo de lo que al TIRANO no le gusta. ¿Cuántas veces vemos en nuestro día a día este tipo de situaciones?
Luego está el PROTAGONISTA que acepta la situación tal y como es, que se responsabiliza de lo sucedido sin sentirse culpable, viendo el modo de evitar cometer el mismo error. ¿Cuántas veces vemos a este tipo de persona?
En nuestra realidad, a cada momento y situación, cada uno de nosotros actuamos de uno de estos tres modos: VÍCTIMA, TIRANO y PROTAGONISTA. ¿En cuál estás tú?
-Sara Estébanez-
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