Muchas veces no nos damos cuenta y dejamos pasar los días ahí, como si no estuviesen. Pasan las horas de forma automática. Las dejamos de lado. Están ahí y ya está. Y así hacemos hora tras hora y día tras día. Vamos haciendo las cosas de forma automática sin darles sentido.

Sí, estoy escribiendo este artículo letra por letra. Pero lo puedo hacer desde dos lugares totalmente diferentes. Puedo escribir de forma automática cual robot sin darle sentido alguno. Sí, sé que quiero contar algo, pero dejo detrás esa magia que me supone compartir este momento y mostrarte cómo de una pequeña cosa (escribir el artículo), puedo crear un mundo mágico para mí.

Sí, es un artículo que tardarás en leer 5 minutos. Pero también sé que te va a aportar algo que muchas veces ignoramos, el hacer las cosas desde el amor y hacerlo mágico para nosotros mismos. Es como cuando cedemos el asiento en el autobús a una persona mayor. Lo podemos hacer porque las normas sociales lo tienen prestablecido y ya está de forma automática o desde el amor.

¿Te pones en la situación?

¿Cómo crees que te sentirías mejor? ¿Escribiendo porque tienes que hacerlo, o dejando tu asiento a otra persona que lo necesita más que tú porque sí, o escribiendo y cediendo tu asiento con amor? Analízalo. Piénsalo.

Muchas veces entramos en ese piloto automático y no vemos la magia en las pequeñas cosas que hacemos. Depende de nosotros desde dónde queremos hacerlo. Si desde el piloto automático o buscando esa pequeña magia que hay en aquello que hacemos.

Al entrar en el piloto automático dejamos de percibir y sentir tantas cosas, que vemos el mundo como algo hostil que nos hace perder ilusión por las cosas. Así vamos por la calle. ¿Te has parado a observar a la gente con la que te cruzas por la calle? ¿Cuántas de ellas ves sonriendo de verdad? Seguro que pocas.

Están metidas en esa vorágine del “ahora toca…” y no se permiten disfrutar de un mínimo detalle ni de ver las cosas desde el amor. Así nos va. Vemos a la gente permanentemente enfadada. ¿Por qué? Porque no buscan la magia en ellos, ni en lo que hacen. Hacen las cosas cual robot y no se permiten sentir y escuchar a su corazón.

Tú eliges desde dónde quieres ver o hacer las cosas. Si ir cual robot o buscar momentos mágicos. Es tu decisión.

-Sara Estébanez-

También puedes seguirnos y ver nuestras publicaciones en:

https://www.facebook.com/relacionesdepareja

https://www.facebook.com/comprendiendolarealidadcom

https://www.instagram.com/sexualidad_crecimiento/