La semana pasada estuvimos hablando de la posibilidad de ver las cosas desde el lado positivo a pesar de que lo acontecido no fuese lo que en principio teníamos planificado y no tuviese nada que ver con lo que realmente deseábamos.

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Esto, en la mayoría de los casos, nos lleva a ver lo acontecido como algo negativo. Como no se han cumplido nuestros deseos… Pues eso, vemos lo que ha pasado desde el polo negativo. Pero, ¿por qué no cambiar de polo? ¿Por qué no buscar el lado positivo de las cosas a pesar de que no son las planificadas y las deseadas en un primer momento?

Todo depende del lado desde el que lo veamos. Cuando lo vemos desde el lado positivo, lo catalogaremos como bueno y lo veremos como algo ventajoso. Por el contrario, desde el lado negativo, veremos todo como una adversidad para nuestros deseos. Todo será inconvenientes. Pero, ¿por qué no “dar de lado” a los “inconvenientes” y verlos “ventajas”? Veamos un ejemplo.

Pongamos que estás de baja por una operación que te han tenido que hacer.

En un principio lo vemos como un inconveniente. A nadie le gusta que le operen. ¿Por qué?

INCONVENIENTES

–       El post operatorio no es nada agradable.

–       No puedes hacer lo que tenías planificado.

–       Tienes que estar de baja.

–       No puedes estar en tu trabajo – familia… al 100%.

–       Eres más dependiente de los demás. Necesitas más ayuda.

 

Pero, por el contrario, esta misma situación de operación, baja… también se puede ver desde el lado positivo. Veamos cómo:

VENTAJAS

–       A nivel laboral todo se pone en un “stand by”. Es como si estuvieses “de vacaciones”.

–       Eso significa tener más tiempo de descanso.

–       No trabajar puede traducirse a unas “vacaciones pagadas”.

–       Dispones de más tiempo para ti mismo.

–       Puedes ver quién está realmente contigo en todo momento de tu vida y quién no.

 

Así es el Principio de Polaridad, todo tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Todo se puede ver desde los dos polos. El punto desde el que lo mires depende de ti.

Si no, te invito a hacer un análisis de tu pasado. Busca aquellas situaciones – experiencias – momentos en los que lo acontecido no fue lo que realmente deseabas y lo catalogaste como “negativo”. Analízalo bien. Seguro que le encuentras su lado positivo. Antes sólo ponías la atención es su lado negativo. Pero si eres sincero/a contigo reconocerás que esa experiencia que clasificaste como negativa también tenía sus ventajas.

Y si quieres, puedes hacer lo mismo a la inversa. Coge algo que se ciñese a alguna meta que te hayas planteado. Desde un principio, lo más seguro es que lo catalogases como bueno y maravilloso. Pero, ¿realmente todo era tan idílico? Seguro que por algún resquicio de tu meta lograda encuentras cosas no tan estupendas. ¿A que sí?

En verdad todo depende desde el lado desde el que decidas ver y clasificar tus vivencias. Tu realidad no es tanto las experiencias que tienes en tu día a día como la interpretación que das a cada uno de los acontecimientos que vives en cada momento. Tú y sólo tú eres quien tiene ese poder.

¿Desde qué lado deseas ver tu realidad?

-Sara Estébanez-