Muchas veces creemos que nuestras acciones no conllevan consecuencias y no afectan a nadie. Aquí te comparto algún hecho real que demuestra que esto es falso y que TODO LO QUE HACEMOS NOS AFECTA A NOSOTROS MISMOS Y A QUIENES NOS RODEAN.
El padre de quien hoy conocemos como el Dr. Fleming, el inventor de la penicilina, era un pobre granjero. Su familia sólo podía vivir de lo que cosechaba. Un día, mientras estaba ahí trabajando la tierra escuchó a alguien pidiendo socorro. Acto seguido el granjero dejó sus herramientas y se dirigió a socorrer a un chico que se estaba ahogando en el río de al lado. Y le salvó la vida.
Al día siguiente vino a su casa un señor muy elegante en un gran carruaje y le preguntó:
– ¿Es usted quien salvó ayer la vida de mi hijo?
– Sí, le respondió el granjero.
Era un señor muy rico y todo su interés era pagarle al hortelano por haber salvado la vida a su hijo, pero el pobre hombre no se sentía merecedor de cualquier dinero que el opulento señor le pudiese dar. A esto que apareció al lado del granjero y niño.
– ¿Es su hijo? – Le preguntó el rico señor.
– Sí. – Contestó el granjero orgulloso.
– Le propongo un trato. Ya que usted no se siente merecedor de lo que le ofrezco, permítame darle la misma educación que le voy a dar yo a mi hijo.
Y éste accedió y el joven niño fue a las mejores escuelas y universidades. Con el tiempo el hijo del modesto granjero se graduó en la facultad de medicina de St. Mary´s Hospital de Londres. Y allí siguió trabajando y estudiando con gran ahínco. ¿Y sabes lo que descubrió el hijo del pequeño granjero, el Dr. Fleming? Descubrió la penicilina.
Años más tarde, el hijo del mismo señor rico enfermó de neumonía. Y, ¿sabes lo que le salvó? La penicilina.
Ahora yo te pregunto. ¿Qué hubiera pasado si el granjero no hubiese evitando que ese joven se ahogase? ¿Habría podido ir su propio hijo a las mejores universidades y hospitales y descubrir la penicilina? ¿Habría podido salvar con ella al hijo del rico señor?
¿Y sabes cuál era el nombre del noble? Sir Randolph Churchill.
¿Y el nombre de su hijo? Sir Winston Churchill!!!
Y yo te pregunto: ¿qué hubiera pasado si ese granjero no hubiera salvado a ese joven que se estaba ahogando?
-Sara Estébanez-
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