– ¡Buah! Es que no puedo con esa persona.

– ¿Y eso? ¿Qué te pasa con ella?

– ¿Que qué me pasa? Es que no puedo con mi compañero de trabajo. Siempre está igual. Es que me da asco.

– ¿Por qué asco?

– Todo lo hace mal. No da nunca pie con bola. Y claro, luego me tengo yo que comer sus marrones. ¿Cómo voy a presentar a la junta de la empresa las gráficas así en vertical? Una gráfica, de toda la vida se ha hecho en horizontal.

– ¿Si? No lo sabía. Nosotros las hacemos en horizontal.

– ¡Pues así están mal hechas! No hay quien las entienda.

– Luego, lees sus textos y seguro que te encuentras alguna falta de ortografía o alguna palabra mal puesta o en el lugar incorrecto.

– ¿Cuántos textos y análisis hace al día?

– Un montón. Pero eso no vale. ¡Tienen que estar perfectos! ¡Así como ella los lleva es impresentable!

– ¿Tú nunca te equivocas?

– Pues mira, poco. Y cuando me confundo lo arreglo y ya está. Yo siempre presento todo perfecto.

– ¿Sí? Pues mira yo veo ahí una “b” donde tenía que haber una “v”. Y es un texto que me acabas de presentar tú.

– ¡Imposible! Yo hago todo siempre a la perfección.

Fue enseñárselo y nada más verlo palideció.

– Lo siento. Perdona. No volverá a pasar. – Dijo bajando el tono de voz y con su rostro mirando al suelo.

– No pasa nada. Todos nos podemos confundir. Tenemos que ser más tolerantes con nosotros mismos y con los demás. Las cosas no tienen que ser perfectas. Puede haber errores. Tomar un poco de BEECH de flores de Bach te podría ayudar a ser más flexible contigo y con los demás y ser más tolerante.

-Sara Estébanez-

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