Mikao Usui era maestro en la Universidad cristiana de Japón. Allí, sus alumnos le preguntaron cómo sanaba Jesucristo. No sabía la respuesta y no sabía qué responder. Pero el código de honor japonés obliga al maestro a resolver todas dudas de los discípulos. Esto hizo que durante más de siete años viajase desde EEUU hasta, China y Japón. Pero aun así, no encontró la respuesta lo que hizo que decidiese retirarse durante 21 días a la montaña sagrada Kurama situada a 25 km de Kioto. Allí estaría en estado de meditación permanente.

Nada más llegar a la cima del monte puso 21 piedras alrededor suyo en forma de círculo. Su única labor a lo largo de los días sería meditar, ayunar y orar ya que los libros y la ciencia no le llevaron a ningún sitio.

Según iban pasando los días, iba quitando una piedra. No le venía ninguna información, pero aun así, persistió. A la mañana del día veintiuno observó cómo se acercaba una esfera luminosa hacia él junto con símbolos que él había visto en los libros en los que había estado investigando. Éstos, se le quedaron grabados. Y fueron los que hoy conocemos como símbolos de reiki. Además, le llegó la información de cómo usar cada uno de estos símbolos para activar la energía universal.

Ya, con toda esta información, bajó de la montaña y pasó a enseñarnos el contenido de su nuevo aprendizaje. Y así es como llegó a nosotros el reiki, lo que es, y cómo utilizarlo en nosotros mismos y en los demás.

El reiki es la energía universal.

Todo es energía. Tú, yo o la planta que tienes a tu lado, todo, somos energía. Está demostrado científicamente. Además, el estado emocional de la persona determina su estado físico. Si no, obsérvalo en ti. Siente tu cuerpo. Piensa en algo desagradable. Percibe cómo están tus manos, cómo respiras, cómo sientes tu estómago. Después, haz lo mismo, pero esta vez pensando en algo agradable, en algo que te enamore. ¿Percibes tu cuerpo igual? No. ¿Verdad?

¿Por qué sucede esto? Porque nuestro pensamiento hace que nuestra vibración, nuestra energía, sea una u otra.

Lo que pasa es que muchas veces no somos conscientes de esa relación entre nuestros pensamientos y emociones con nuestro cuerpo, pero el reiki sí lo hace. La energía universal percibe dónde está el bloqueo y trata de desbloquearlo llenándolo de energía pura del amor. Por eso es tan beneficioso darnos o recibir reiki cuando nos encontramos mal a nivel físico o emocional.

-Sara Estébanez-

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