Muchas veces no entendemos los sucesos que acontecen en nuestras vidas. Los enjuiciamos como buenos o malos y no vamos más allá. Pensamos que nuestra realidad está regida por algo ajeno a nosotros y que los demás son los culpables de que nuestra vida sea como es. Pero, nada más lejos de la realidad. Los responsables de nuestras experiencias de vida somos nosotros y sólo nosotros. ¿Cómo es esto? ¿Puede ser verdad? Pues sí. Veamos por qué.

A lo largo de los artículos aquí escritor lo hemos estado viendo. Nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras acciones son la causa de todo lo que vivimos. Todos ellos vienen condicionados por nuestras creencias.

Nuestras creencias hacen que nos sintamos de un modo u otro. Este sentimiento va a ser el pilar sobre el que apoyaremos todas nuestras acciones y éstas nos llevarán a obtener un resultado u otro.

Toda nuestra realidad viene condicionado por ello. Pero no nos damos cuenta de ello. Analicémoslo con un ejemplo para que sea más fácil de entender.

Pongamos a una persona que no CREE en sus propias capacidades. Duda de su valía para las matemáticas. Los números no son lo suyo. Tiene esa creencia.

¿Cómo hará que se SIENTA cada vez que tenga clase de matemáticas? Estará deseando que se acabe la clase antes de empezar. Su vibración bajará hasta los suelos. Y no digamos su estado emocional. Desánimo, complejo de inferioridad, duda de sus posibilidades…

¿Esto qué hará sobre sus COMPORTAMIENTOS? ¿Estará receptivo a lo que se imparta en clase? ¿Atenderá a lo que digan si profesor y sus compañeros? ¿Participará él? ¿Hará los ejercicios que se manden hacer tanto en clase como en casa? ¿Estudiará con agrado? Ya te estoy escuchando, la respuesta es NO. ¿A que estás de acuerdo conmigo? Seguro que sí.

Y claro. ¿Qué RESULTADO construirá con todo ello? Se está garantizando un suspenso.

Pero claro. Realmente no desea suspender.  Si suspende tendrá que repetir curso y no podrá ir a la universidad a estudiar lo que realmente quiere.

En definitiva, su creencia limitante de “No valgo para las matemáticas” le está impidiendo lograr su objetivo. Le está bloqueando.

Pero no todo está perdido. Aquí tenemos un modo de desmontar esa creencia limitante y crear una nueva creencia potenciadora que le ayude a lograr su meta. Para ello vamos a hacer el mismo recorrido de

pero esta vez a la inversa. Es decir:

Eso sí, analizándolo desde el punto DE VISTA DE ALGUIEN QUE SÍ HAYA CONSEGUIDO SU META en este aspecto. Para seguir con nuestro ejemplo, alguien que sí haya aprobado matemáticas.

¿Cómo crees que HA HECHO esta persona? ¿Qué ACCIONES ha llevado a cabo para lograrlo? Analízalo. Seguro que ha atendido en clase, ha participado, se ha preocupado por hacer los ejercicios tanto en clase como en casa.

Pero ya no sólo el empollón de la clase o alguien a quien se le den bien las matemáticas. Una persona que aunque esta materia no sea de las que mejor se le dé puede llevar a cabo estas mismas acciones (atender en clase, participar, hacer preguntas, estudiar…) y conseguir sacar adelante esta materia.

Incluso, si necesita un refuerzo, una ayuda, lo pide. Va en busca de alguien que le ayude a comprender esa materia y así poder sacarla adelante. Todo depende del COMPORTAMIENTO, de las ACCIONES que esta persona ha llevado a cabo.

Y ahora vayamos a lo siguiente. ¿Cómo crees que se siente alguien que obtiene su objetivo? Se siente motivado, contento, con ganas de aprender, confía en sí mismo…

Y ahí está la clave: confía en sí mismo. Cree que puede conseguir su meta. En este caso, aprobar matemáticas. Esa es su creencia.

Ahora que ya sabes el proceso que ha llevado alguien que ha alcanzado la misma meta que tú buscas, ahora ya puedes elaborar tu plan de acción. Eso sí, volviendo al mismo orden del principio. Yendo desde la Creencia hacia el Resultado Deseado.

PLAN DE ACCIÓN

  1. Debes empezar a creer que tú puedes alcanzar tu meta. Confiar en ti mismo y en tus capacidades. Al principio puede que vuelvan tus miedos, tus bloqueos. Cancélalos. Anúlalos. Y usa algún mantra sobre tus posibilidades de lograrlo: “Yo puedo alcanzar mi meta.” “Estoy capacitado para ello.”…
  2. Lo siguiente es empezar a sentir como si ya lo hubieras conseguido. Hacer que todo tu cuerpo vibre en el “Yo puedo conseguirlo”. Incluso en el ¡Lo he conseguido!”. Visualízate con tu meta alcanzada, celebrando que lo has logrado. E insisto, siéntete como si así fuera.
  3. Ahora toca ir a la acción. Si no actúas, difícilmente alcanzarás tu meta. Atiende en clase, jazz los ejercicios, pide ayuda. Incluso, puedes buscar a alguien que sepa del tema y te ayude a comprender lo que estáis viendo.
  4. Y por último estará el resultado. ¿Cómo crees que será? Seguro que lo logras.

Esta es la clave de eliminar una creencia negativa limitante por otra positiva y potenciadora.

Aquí lo hemos visto con el ejemplo de las matemáticas, pero lo puedes extrapolar a cualquier creencia que tengas que sientas que te está limitando.

¡Adelante!

– Sara Estébanez –