– Mi compañero es un borde conmigo. Siempre me está criticando.
– Eso es porque no es feliz.
– ¿Qué tiene que ver eso? No tiene ningún sentido.
– Para empezar, uno sólo puede ver en el otro lo que hay en sí mismo. Es más, en realidad no es una persona feliz. S no, no se comportaría así. ¿Quieres que te cuente un secreto?
– ¡Sí!
– Cuanto más feliz es una persona, más amorosas es, más cariñosa, más respetuosa.
– ¡Sí, claro! – Dijo en tono despectivo. – Eso es una milonga.
– Tú trabajas como voluntaria en una ONG. ¿Verdad?
– Sí. Pero, ¿y eso qué tiene que ver?
– Más de lo que te imaginas. ¿Cómo te sientes cuando estás allí? ¿Cuando estás ayudando a alguien que lo necesita? ¿Cuando ves que lo que haces por esa persona le beneficia y le hace sentirse mejor? ¿Cómo te sientes?
– ¡Bffff! No tengo palabras. Sólo ver la sonrisa en las personas que necesitan esa ayuda, ver cómo salen del pozo en el que estaban hundidos es maravilloso.
– Esas personas a las que ayudas tienen cualidades lo que diríamos nosotros negativas. Pero, ¿cuáles ves tú? Sus cualidades positivas. Lo bueno que hay en ellas. ¿Por qué? Porque estás vibrando en amor, te sientes feliz, pleno, útil hacia el otro. Y cuando estás en esa situación, sintiéndote de ese modo sólo puedes ver lo positivo que hay en el otro. Es como si lo negativo no estuviese. Ha desaparecido. ¿Verdad?
– Pues sí, tienes razón.
– Ahora volvamos al caso de tu compañero que es borde contigo y que se ría de ti y te critica. ¿Cómo crees que se siente en realidad? ¿Es feliz de verdad? ¿Se siente pleno de verdad? Recuerda, cómo te comportas cuando estás ahí colaborando y ayudando a la gente. ¿Dirías que tu compañero es feliz?
– Pues no. Está claro.
– Ese es su problema, que no es feliz. Uno tiene opción de ver lo bueno o lo malo en el otro. Es su elección. ¿Que en este mismo momento no es feliz? Sí, lo acabamos de comprobar. Pero está en él seguir en esa situación de infelicidad y descontento o irse a otra de dicha y alegría.
– Claro, siendo voluntario en una ONG.
– No, no tiene porqué.
– ¿Cómo entonces?
– Empezando a ver lo bueno que hay en el otro. Centrándose en lo positivo que hay en él. En lo que te centras es lo que atraes. ¿Te acuerdas? “Vibraciones iguales vibran juntas”. Con lo que si vibras en respeto, alegría y felicidad, ¿qué habrá en tu vida? Estará contento. Se sentirá entusiasmado. ¿No te parece?
– Sí.
– Pues ahí está la clave, en ver lo bueno que hay en el otro. ¿Qué tu compañero se ríe de ti? Él mismo, está fastidiándose a sí mismo y difícilmente será feliz. Uno elige lo que quiere ver.
-Sara Estébanez-
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