Seamos conscientes o no de ello, los siete principios herméticos influyen, cada uno desde su perspectiva, a la consecución o no de nuestros objetivos.

Veamos cómo.

Un pensamiento (Mentalismo) genera una creencia. Esta creencia hace que actuemos de un modo u otro (Causa – Efecto) llevando a cabo unos ritmos de actuación y otros (Ritmo).  Además, hace que vibremos de una manera determinada según nuestras creencias y veamos cómo las circunstancias van influyendo en la consecución de nuestra meta (Vibración). Este acercamiento o alejamiento nos lleva al polo del “puedo” o al de “no puedo” (Polaridad). Y además, nuestro exterior será un reflejo de lo que internamente estamos pensando y sintiendo (Correspondencia). Todo ello hace que nuestras acciones y nuestras planificaciones nos lleven al logro de la meta inicial o no (Género).

Ahora con un ejemplo.

Pongamos que quieres comprarte un coche.

Mentalismo: ¿Qué piensas? ¿Puedes comprártelo o no? ¿Tienes el dinero necesario para ello? ¿Será bien recibido por los de tu alrededor? ¿Lo mereces? ¿Está a las alturas de tu capacidad de conducción?

Todas las respuestas a estas preguntas están fundamentadas en tus creencias. En lo que piensas de ti, de tus capacidades personales. En la necesidad o no de aprobación por parte de los demás.

Después está el Principio de Correspondencia formado por el exterior, la gente de tu alrededor, incluso, tus vivencias. No hace falta que nadie te muestre nada. Lo que te acontezca, sucesos, conversaciones…, en todo momento serán un reflejo de todo lo que tú piensas y sientes. Si crees que no puedes permitírtelo, te harán ver que tu solvencia económica no es la adecuada. Tendrás cierto sentido de frustración y/o decepción por no tener todo lo que se necesita para tenerlo.

Y lo mismo pasaría con tus capacidades de conducción. Si no te crees con las cualidades necesarias para manejarlo, tu energía será de miedo. Te bloquearás simplemente con verlo. Tu estado será de baja Vibración.

Si tu Vibración con respecto al coche que deseas comprarte es baja, todo tu ser, en vez de atraerlo y pensar que es algo bueno para ti, lo rechazará. Lo llevará lo más lejos posible como medio de protección hacia ti.

Es decir, te encontrarás en la Polaridad de “¿Me lo compro?” o “¿No me lo compro?”. Y mientras estés en dicha polaridad, la duda te paralizará y te impedirá obtener tu objetivo, que es comprarte el coche.

Todo esto influirá (Causa – Efecto) en el Tiempo que inviertas en comprártelo o no. Cuando más dudes, más inconvenientes le encuentres, más creencias limitantes tengas sobre tus capacidades y tus posibilidades de tenerlo, más tiempo tardarás en lograrlo.

Por último, la suma de tus pensamientos, creencias, dudas… (Yin) + las acciones que lleves a cabo (Yang), serán la que Generen que te compres el coche o no.

Si te fijas, todos los principios, cada uno desde su lado, van a condicionar de un modo u otro la consecución de tu objetivo. En este caso, la compra del coche o no.

Esto que hemos visto de forma tan simple con el ejemplo del coche, en realidad nos pasa con cualquier aspecto o situación de nuestra vida: los estudios, nuestras relaciones con los demás (padres, compañeros, profesores, jefes, pareja… o simplemente un policía, un comercial o lo que sea). Todo depende de lo que internamente pensemos y creamos y de lo que hagamos.

-Sara Estébanez-