A nuestro alrededor todo está lleno de cosas, situaciones, conversaciones, experiencias, personas… El número de ellos es infinito. Y a lo largo del día, mucho más. Son tantos que no percibimos todos, sólo nos percatamos de un pequeño porcentaje de todos ellos. ¿Por qué sucede esto?
El mundo es tan infinito y variopinto, que no podríamos centrarnos en todo lo que nos rodea. Es como cuando estamos haciendo algo, y a la vez no podemos hacer otra cosa. Por ejemplo, si estoy trabajando en la oficina, no puedo estar en casa descansando. ¿Verdad? Pues lo mismo sucede a nivel mental. Si estoy pensando en las vacaciones que he tenido este verano, difícilmente podré estar pensando en la lista de la compra y en mi relación con el vecino del 5º al mismo tiempo. ¿A que no? Eso mismo es lo que sucede con todo lo que nos rodea: cosas, personas, situaciones… No damos abasto con todo ello.
¿Sabes qué es lo que lo determina? Nuestros valores. En función de cuáles sean nuestros valores, centraremos nuestra atención en un lugar o en otro. Observaremos unas cosas u otras. Por eso podemos decir que nuestros valores determinan nuestra realidad.
¿Cómo es esto? Veámoslo con un ejemplo.
Pongamos que para ti es importante el respeto, por ejemplo. Y ves a una persona insultando y/o pegando a otra. Pondrás tu atención en lo que estás viendo y en la persona agredida. Y, claro, como para ti es muy importante el respeto, se te pone mal cuerpo. Incluso, puede que tomes cartas en el asunto y realices algo. Llamar a la policía, enfrentarte al agresor…
Sin embargo, si para otra persona que el respeto es algo irrelevante y a lo que no da importancia, al ver la misma situación, no le dará ningún valor, lo pasará por alto y se fijará en otra cosa. Por ejemplo, en el escaparate de la tienda. ¿Por qué? Porque para ella es más importante su aspecto físico e ir a la moda que lo que le pase a los demás. ¿Consecuencias? Dejará de lado el ataque que ha visto y se irá a lo suyo. Incluso, puede que ni lo vea. Como va tan centrado en la ropa que tiene que comprar, ni percibe esa agresión.
¡¡Increíble!! ¿Verdad? Pues en realidad es así.
Por eso hoy te invito a que hagas un ejercicio:
- Haz una lista de tus 10 valores más importantes.
- Dales una puntuación de entre 1 y 10 según su relevancia y lo importantes que sean para ti. El 10 será para aquellos que para ti son fundamentales y el 1 para los que menos.
- Observa las experiencias, situaciones, objetos en los que centras tu atención.
- Analiza cómo lo que acontece a tu alrededor y lo que ves se relaciona con tus valores.
¿Ves la unión entre ellos? Estoy segura de que sí.
-Sara Estébanez-
Si quieres saber más sobre este tema, tenemos dos talleres en los que podrás profundizar más. Aquí te dejo los enlaces para que los veas.