Muchas veces no somos conscientes de cómo nuestras creencias influyen en el que logremos nuestras metas o no. Por eso hoy te propongo un pequeño juego.
Coge dos papeles. En cada uno de ellos haz dos columnas. Coge uno de los papeles y en la columna de la izquierda pon todos los logros que has tenido en tu vida, todo aquello que has conseguido. Después, en el otro papel haz otra lista igual que la anterior pero ahora con todas esas metas que has tenido a lo largo de tu vida, pero que no has alcanzado, todos esos chascos que la vida te ha dado.
Ahora vuelve a tu primer papel. Piensa y analiza cada uno de tus logros. ¿Qué creencias tenías sobre la posibilidad de alcanzarlos? ¿Eran alcanzables? ¿Te creías capaz de lograrlos? ¿Te los merecías? ¿Beneficiaban a los de tu alrededor o les perjudicaba? Describe todas esas creencias. Analízalas. Haz una lista.
Cuando termines, coge tu otro papel, el de los objetivos no alcanzados. Y plantéate la misma pregunta. ¿Qué creencias tenías sobre la posibilidad de alcanzarlos? ¿Eran alcanzables? ¿Te creías capaz de lograrlos? ¿Te los merecías? ¿Beneficiaban a los de tu alrededor o les perjudicaba? Describe todas esas creencias. Analízalas. Haz una lista.
Ahora coge los dos papeles. ¿Encuentras alguna relación entre la columna de la derecha de cada uno de ellos? ¿Tienes, tenías las mismas creencias con metas que alcanzaste que con las que se te escaparon?
Estoy segura de que no. ¿Por qué te digo esto? Porque nuestras creencias son las que van a determinar que logremos aquello que nos hemos propuesto o no. Si creo que mi meta es alcanzable, que yo puedo, que me lo merezco, que tengo las capacidades necesarias para lograrla, que me beneficia tanto a mí como a los de mi alrededor, así será. Lograré mi meta. Mi vibración será alta. Me encontraré más que a gusto trabajando en ella. Me sentiré muy animada a llevar a cabo todas las acciones que el alcanzar mi meta suponga. Y así un infinito de cosas positivas que me servirán de trampolín hacia mi meta.
Sin embargo, si creo que mi meta es inalcanzable, que no puedo, que no me lo merezco, que carezco de las capacidades necesarias para lograrla, que no es beneficiosa ni para mí ni para los de mi alrededor, la cosa será totalmente diferente. No me sentiré motivada. No tendré ganas de hacer nada. Hacer cualquier cosa me supondrá un enorme esfuerzo, con lo que lo más fácil es que no haga nada de nada. Preferiré sentarme en el sofá de mi casa antes que mover un solo dedo hacia mi meta. ¿Consecuencias? No lograré lo que me había propuesto.
¿Por qué crees que sucede esto?
Los siete Principios Herméticos están funcionando permanentemente en todos los ámbitos de nuestras vidas. Da igual que seamos conscientes de que están ahí o no. Están actuando sí o sí. Y claro, en función de cómo pensemos, sintamos y hagamos, así será nuestra realidad. Mira cómo funcionan en tus creencias y tus metas.
El Principio de Mentalismo sostiene que, “El universo es mental”. Lo podríamos resumir diciendo que lo que piensas, es. ¿Qué piensas sobre tus metas? ¿Se pueden lograr o no?
El Principio de Correspondencia afirma que, “Como es arriba, es abajo”. Tus emociones, tus pensamientos y tus acciones están acordes unas con otras. ¿Qué te hacen sentir tus pensamientos? ¿Cómo actúas?
El Principio de Vibración explica que, “Vibraciones iguales vibran juntas”. ¿En qué vibras tú? ¿En triunfar o en fracasar? En función de cómo vibres, así será lo que veas a tu alrededor, triunfo o fracaso.
El Principio de Polaridad dice que “Todo tiene dos polos, todo tiene su par de opuestos”. Y así es. Aquí tenemos dos opuestos claramente definidos, lograr tu meta o no. Y claro, en función de en cuál de los polos te coloques, así serán todas las cosas que sucedan alrededor de tu meta. Todas estarán en el mismo polo.
El Principio de Ritmo sostiene que “Todo tiene sus períodos de avance y retroceso”. Y yo te pregunto, con respecto a tu meta. ¿En qué lado te has quedado en el de avance o en el de retroceso?
El Principio de Causa y Efecto afirma que “Toda causa tiene un efecto, todo efecto tiene una causa”. ¿Qué efecto han tenido tus creencias sobre tus metas? Sobre las alcanzadas y las no alcanzadas.
Y por último, el Principio de Género asegura que “Todo tiene su lado masculino y su lado femenino”. Con respecto a nuestra meta podríamos asociar cada uno de estos lados con las acciones y los pensamientos respectivamente. Y la suma de ambos lados es lo que nosotros obtenemos. ¿Cómo ha sido tu suma en ambos casos?
Aquí tienes un artículo relacionado con todo lo que hemos visto en este.
https://www.comprendiendolarealidad.com/imposible-yo-no-valgo/
-Sara Estébanez-
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