De un tiempo a esta parte, a Lua le estaban pasando muchas cosas y no entendía muy bien porqué su cabeza no paraba de pensar, de preguntarse cosas…Todo esto la estaba dejando exhausta y en más de una ocasión lloraba a mares y sin motivo alguno. O por lo menos eso era lo que ella pensaba.
Como casi siempre que se encontraba echa una madeja cogió su móvil y escribió por Whatsapp a Nora, su terapeuta. Tenía muy buen relación con ella y de vez en vez, la escribía para que la orientase. Intentaba no molestarla mucho, pero esto era una cuestión de emergencia….Llevaba todo el día llorando y no le había pasado nada.
– Hola Nora. ¿Qué tal todo? Espero que bien. Te escribo porque no sé qué me pasa, llevo todo el día llorando, a mares, no puedo parar y ¡no me ha pasado nada! ¡Me estoy volviendo loca!
– Hola Lua!! Todo bien, gracias. Si en tu vida no ha pasado nada que te haya puesto triste, es probable que tu mente te esté jugando una mala pasada con algún pensamiento triste.
– ¿Cómo es posible eso? ¿Mi cabeza tiene se poder?
– Sí, claro Lua. Tu mente es muy poderosa y puede generar cualquier estado emocional, cualquier sensación, a raíz de dedicar tiempo a un pensamiento.
– Explícame más eso, por favor
– Mira, nuestra mente no diferencia entre realidad o ficción. Si tú ahora mismo te pones a pensar en “no valgo para nada”, tu mente pensará que es cierto y generará las sensaciones adecuadas a ese pensamiento.
– ¡¡Flipo¡¡ O sea, que si yo pienso en algo super negativo, mi mente reaccionará con tristeza…Pero, ¿cómo sé en qué estoy pensando?
– Vamos a ir por partes.
– Vale, ya sé que siempre tengo prisa por saber más
– ¿Ahora estás llorando?
– Sí, menos, pero sí
– Intenta observar qué pasa por tu cabeza. Sé que es un poco complicado, pero prueba
– Dame un momento
– Bueno, en realidad llevo todo el día pensando en Rober…y en que como me ha dejado nadie me va a querer nunca más
– Ajá, ahí lo tienes. Ese el causante de tu dolor
– Pero es cierto,
– Es cierto solo la parte qué te ha dejado y eso te pone triste y es normal que llores. Pero que nadie te va a querer nunca más es fruto de tu cabeza y tus creencias, que ahora mismo lo estás dando como verdad absoluta.
– Ya, pero…
– ¿Qué pruebas tienes de que nadie te va a querer nunca?
– Ninguna.
– Entonces, si no tienes pruebas de que eso vaya a ocurrir ¿para qué lo estás pensando?
– No sé, simplemente apareció en mi cabeza
– Los pensamientos no aparecen por arte de magia Lua. Los traemos nosotros y este le has traído tú a tú cabeza. Con esta idea que está todo el día rondando en tu mente, lo único que has conseguido es pasarte el día llorando, estar triste y encerrada en la habitación sin ganas de hacer nada. Recuerda que tenemos el poder de cambiar nuestra mente.
– Vamos entonces a hacer una prueba.
– Quiero que intentes bloquear este pensamiento durante todo el día y que después me cuentes qué ha pasado, ¿te parece?
– Ok, me parece. Lo intento
– Ya me contarás qué ha pasado
-Ruth Fernández-