Vamos a comenzar con unas explicaciones un tanto básicas, si lo queréis, pero creemos que son importantes tenerlas en cuenta a la hora de hablar de Emociones.
Las emociones como tal, no son ni buenas ni malas, ni positivas ni negativas. Cuando hablamos de emociones tenemos que referirnos a ellas como Adaptativas o No Adaptativas. Esto que significa, que en más de una ocasión la emoción que estamos sintiendo no es la que corresponder al acontecimiento que vivimos en la realidad.
Detrás de esta incapacidad puede haber un montón de explicaciones, la más habitual es la nula educación recibida desde pequeños sobre inteligencia emocional. Además de patrones de comportamiento y reacción dentro de la familia que aprendemos. Por cierto, también hemos de tener en cuenta dónde hemos nacido. Parece una tontería, pero de cara a la expresión emocional, no es lo mismo haber nacido en Cádiz que en Siberia.
Os pongo un ejemplo de una buena expresión adaptativa de la emoción. Voy a usar de ejemplo la Tristeza. Para que aparezca la tristeza tenemos que estar viviendo una pérdida. Da igual si es grave como la pérdida de un ser querido o de un bolígrafo. Evidentemente, el grado de intensidad no será el mismo. Pero ambos acontecimientos se consideran una pérdida, con lo cual la emoción correspondiente es la tristeza.
¿Qué suele pasar con pérdidas más pequeñas como las del bolígrafo? Que solemos enfadarnos, y si estamos muy desajustados y sentimos ira. (Esto nos da para otro tema otro día.) El enfado no tiene sentido en este acontecimiento, o por lo menos no al principio. Cuando aparece el enfado nada más ocurrir la pérdida y el tema no se soluciona, la situación se queda atascada y comienzan los pensamientos del tipo “Ya me vale, todo me pasa a mí”, “soy un desastre” o cualquier otro que se os ocurra. Esto hace que el enfado nos dure todo el día o toda la semana. Dependerá del volumen de pensamientos.
Sin embargo, si aparece una ligera tristeza o ligero bajón de ánimo, dará pie a la búsqueda de soluciones y dejaremos concluida una situación. No se quedará abierta. Habremos superado el problema.
Esto sería así para todas las emociones. Cada una de ellas está asociada a un tipo de situación. Después hemos de tener en cuenta el grado o intensidad con la que vivimos todo, y esta parte nos la puede complicar el pensamiento.
En próximos días os iremos contando más sobre las emociones: síntomas para identificarlas, situaciones adaptativas y cuáles serían tóxicas. También os propondremos algunos ejercicios para identificarlas y los pensamientos que puede haber detrás de ellas.
-Ruth Fernández-
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