Muchas veces nos culpamos y nos hacemos responsables de cosas que en realidad no tienen nada que ver con nosotros y en las que la causa es otra diferente a nosotros mismos.

Esto, en la mayoría de las ocasiones, tiene su origen en nuestra infancia, que nuestros adultos se deshicieron de su propia responsabilidad pasándonos la pelota. ¿Te suenan frases como las siguientes?

– “¿Ves? Hemos llegado tarde por tu culpa.” Tú estabas ahí ya en la puerta ahí media hora antes esperando para ir a comer con quienes habíais quedado, pero algún adulto estaba ahí distraído, entretenido recogiendo la cocina o eligiendo qué ropa ponerse… Y tú de repente, en el último momento quieres ir al baño a hacer pis. Y claro, ¿de quién es la culpa de llegar tarde? Tuya porque has ido al baño.

O no han apreciado lo que hemos hecho.

– Has llevado las notas a casa. Has aprobado todas, incluso llevas algún notable y un sobresaliente, y te critican por ellas. “Pues podías haber sacado más. Menuda mierda de notas.

Y si has vivido ese tipo de circunstancias muy a menudo, te entrenas en el auto reproche y no paras de culparte por todo.

¿A qué nos lleva esto? A criticarnos por todo. ¿Que estoy embarazada y tengo un aborto? “Claro, es que no tenía que haber comido esto. O haber hecho esto otro.”

Además, no para de exigirse lo máximo. Dar, como mínimo, el 100% en todo. Hasta el punto de no reconocerse sus logros. Y si ha cometido algún error, se martiriza hasta el infinito sin parar de pensar en él.

¿Te identificas con este tipo de personaje?

¿Te sueles auto culpar de los errores de los demás?

¿Te torturas cuando te confundes en algo?

¿Estás permanentemente con el “debería hacer más o haber hecho esto o lo otro”?

PINE puede ayudar a eliminar este tipo de forma de pensar de ti.

-Sara Estébanez-